«le deuemos enboluer ende con mirra y con aloe: aposentando·le en·el sacrario de nuestros pechos, con deuocion feruentissima, y con amargor de penitencia, por la memoria de su passion sacratissima. y deuemos con exquisita diligencia adreçar le nueuo sepulcro: conuiene saber, que nuestros coraçones sean renouados por limpieza y por gracia: y ante de llegar a recebir tan sanctissimo sacramento, sean purgados de toda manzilla y vejez de pecado:»