«propio sepulcro, para el que en si no tenia propia muerte. E ahun para demostrar, como reza Ambrosio, que no le deuia detener la muerte: ca no era razon que desseasse el sepulcro mortal: el que de·la muerte leuaua tan glorioso triumpho: y esso·mesmo por condempnar con·la simplicidad de·la sepultura tan pobre: la ambicion dampnatissima de·los ricos: los quales ahun despues de muertos: se deleytan de»