«madre del saluador llorando, y contemplando el cuerpo reuerendissimo de su fijo precioso: el qual hauia quatro horas dende hora nona hasta hora de viesperas que estaua muerto: no podiendo ni osando con·el amado discipulo, y con la Madalena, llegar a el por ser prohibido por las leyes imperiales, sin licencia del presidente: y allende de aquesto, no abastando les las fuerças para lo hazer, ni teniendo instrumentos para con»