«en sus palabras y obras, conuirtio muchos a nuestra sanctissima fe. E no solo (como Ysidoro scriue) merescio ser perdonado, mas ahun ser obispo y recebir la corona del sagrado martirio. O supersticion damnatissima: o palliacion diabolica de gente maliciosa y iniqua: recelauan de contaminar el dia del sabado, dexando los cuerpos de·los condemnados en·la cruz: y nunca tuuieron temor de contaminar sus pensamientos crueles, matando tan despiadadamente el»