«de cilicio y ceniza. y si en ti queda algun sentimiento para te repentir: nunca cessen tus ojos de derramar fuentes de lagrimas viuas: pues mataste tu saluador. E a tu lo digo, o alma deuota, no cesses de considerar, quien, qual, y quan grande es aqueste, que por ti le plugo morir tan ganoso? ca verdaderamente sobrepujaras qualquier dureza de piedra, si del recuerdo continuo de tan piadosa passion ningun»