«hincada en·el madero de·la cruz disfamado? Maldita seas, o sinagoga sin piedad, porque mas cruel que la crueldad: deuoraste la vida del piadoso Jesu: el qual de·las sillas reales del cielo, te lo hauia embiado el padre lleno de caridad por esposo: llora tan bien, o tu dolorosa Jerusalem: que hauiendo siempre sido ciudad sancta: ahora eres ciudad de homicidio: y tuuieras en muy poco hauer muerto los sanctos»