«deuoto silencio. E de aquestos dos clamores hablaua el Apostol quando dezia: en·los dias de su carne ofreciendo sus pregarias, con muy esforçado clamor y lagrimas fue exaudecido por su reuerencia. E encomendando tan caritatiuamente en manos del padre su spiritu: no porque le fuesse assi necessario, segun Ludolfo: mas por instruyr y dexar nos enxemplo: inclinando la cabeça: offrecio voluntariamente su alma. Onde el glorioso Augustino. Quien quandoquiere tan»