«seruicio: que tengas en·la hora de mi muerte por bien, de tener en tu especial encomienda mi alma: pues con·el padre y con·el Spiritu sancto biues y reynas para siempre jamas y sin fin.§ No tardo mucho despues el redemptor y maestro: llegando ya la hora que su alma sanctissima ordenaua de se despedir: que con voz muy esforçada dixo. Padre en tus manos encomiendo mi alma: en·»