«Orosio y Eusebio, en aquella hora en Bitinia, en·la ciudad de Nicea, y en otras partes del mundo, condoliendo·se la tierra de·los oprobrios y muerte de su creador, con terremotos muy espantosos, sumio muchos edificios soberbios y fuertes. Y entonces viendo el glorioso Jhesu las señales tan tristes que el sol y los elementos demostrauan de su passion y dolor: començo de dar grandes bozes al padre y»