«sientes la gloria de tu fijo vnigenito: mas vees sus verguenças y oprobrios: ya no sientes sus alabanças: mas lloras sus menosprecios: quien te puede señora ver sin llorar? quien te puede saludar señora, sin rasgar las entrañas de piadad? Tu sola eras la que sintias la muerte: tu sola llorauas: tu sola eras el sacrario de nuestra esperança: pues sabias que muriendo tu hijo en·la cruz: con caridad muy»