«natura, que a vn ladron condenado y crucificado, hauiendo le pedido, que solo se recordasse d·el quando fuesse en su reyno: le dio juntamente el reyno, parayso, y el cielo. E dignamente (como scriue Ludolpho) pues confessaua por Dios, viendo·le morir humanamente consigo, aquel que viendo le hazer por virtud diuina tan marauillosos miraglos, sus mesmos discipulos le renegauan. Volo pues el piadoso ladron para el cielo: porque para»