«con juramento le reniego. E attendida su iniquidad y malicia, respondio le el otro ladron. Tu ningun temor tienes de Dios: siendo ya condemnado con nosotros a muerte: ca si tu y yo padescemos: nuestros delictos lo merescieron: y recebimos justa pena de·los que hezimos: mas aqueste que con nosotros muere, ningun mal hizo jamas. O confession bienauenturada: O confession digna de muy despachado remedio de misericordia: por la qual»