«merezca oyr de ti con aquel ladron muy reuerendo, las dulçes palabras que le dixiste, hodie mecum eris in paradiso: pues con·el padre etcetera.§ El octauo menosprecio, que recibio en·la cruz nuestro redemptor y maestro, fue ser blasfemado por el vno de·los ladrones: y tanto de mayor desconsuelo, quanto fue de persona mas abjecta: conuiene saber de ladron, de hombre scelerado, y condemnado ya por delictos a muerte. el qual pertinaçe y»