«cielo, mitiga el padre, destierra la muerte, y otorga la vida. O piadoso Jesu señor y dios mio, a ti llamo yo: a ti doblo mis ruegos, en tu coraçon misericordioso rey mio desseo yo respirar con todo mi pensamiento, y con toda mi alma: en·la qual no solo te demostraste piadoso perdonador, mas ahun eficacissimo intercessor y escusador muy gracioso: ca no hablas con juez que no se inclina»