«de palo ellos mesmos partieron el glorioso Jesu, quando por el misterio de·la reuerendissima cruz, le apartaron el cuerpo del alma. Estando pues el misericordioso señor assi penado: començo de rezar de su boca sacratissima, aquellas siete palabras reuerendissimas: con las quales con excessiuo amor y paterno procuro nuestra salud: y dixo. Padre perdona les, ca no saben lo que se hazen. E oyendo aquesta voz tan piadosa y llena»