«capitan y maestro Jesu, la gloriosa victoria de su passion sacratissima. y porque la scriptura fuesse indelible, y no se çegasse jamas la gracia de redempcion tan copiosa: plugo a su diuina bondad, que la pendola con que se deuia escriuir atrauessasse aquella mano preciosa y diuina. A cuyo enxemplo deuemos nosotros, o escogidos hermanos retraher todas nuestras tribulaciones, temptaciones, dolencias y culpas, y todos nuestros males y penas, a·la»