«cuchillos tan azerados, que le profetizo Symeon en·el templo, sintiendo que aquellos agudos llauos le atrauessauan lo mas enterior de sus entrañas purissimas. O llauos crueles y asperos para lo tierno del redemptor: y piadosos para nuestra salud: tanto como vuestro ministerio fue rigoroso para el que staua sin culpa: tanto fue dulçe para enclauar en·la cruz la barbada con que se enfreno el desenfrenado poderio de Lucifer. Apercibamos»