«y con apressurados gemidos preguntar le la causa de passion tan crudelissima, diziendo con·el glorioso Bernardo. O dulce y amoroso Jesu, vida de·los que mueren: que culpa ha sido la tuya tan grande? di me que fue lo que cometiste? o que fue la causa de damnacion tan acerbissima? O piadoso señor siendo yo la causa, ha sido tuyo el dolor? lo que peco el sieruo, ahora lo paga»