«en tan mortales afruentas. O quan desconsolada estaua vuestra alma viendo tan cercana la muerte de vuestro fijo vnigenito. Por cierto Pedro aqui estuuierades vos bien con vuestro cuchillo: y si vos escusays que vos defendio vuestro maestro el herir con·el y el matar, cierto es que no os defendio de recoger vuestros hermanos, para aconsolar y acompañar a su madre. E vos Johan que tan grandes amores tuuistes con·»