«tan dampnado desseo, despiadadamente y muy rigorosa le desnudaron. Contempla o alma deuota quan excessiuo dolor deuia çufrir el glorioso Jhesu, quando quitando·le con tanto rigor los vestidos que estauan pegados con·la sangre elada, renouauan en el las feridas de·los açotes, y lleuauan en·ellos los pedaços del cuero. Qual coraçon seria tan duro ahun que nasciera en Egipto, que no ministrara a·los ojos fuentes de lagrimas»