«leuan la de Lucifer y de sus ministros. por·ende, o hermanos carissimos, quien quisiere yr tras Jesu (como reza el sagrado euangelio) abniegue a si mesmo, y tome la cruz, y vaya con·ella empos d·el. Dos cosas conuiene pues que agamos: que leuemos la cruz, a·saber es que desnudemos nuestros pensamientos de·las afeciones de·la vana sensualidad: sometiendo los a·la razon y al seruicio diuino:»