«tu complida misericordia, la qual sola determino de pagar nuestras deudas, y de morir por nuestras erradas. Empues que ya el rey de·los reyes tuuo sus propios vestidos: pusieron·le encima los hombros la cruz, para que con mayor pena y verguença llegasse al lugar de·la muerte: porque se cumpliesse lo que d·el hauia escripto Ysayas. A nosotros es nascido el chiquito, y nos es dado el fijo,»