«caualleros y ministros del presidente, desnudaron le la vestidura purpura: y vistieron le sus propios vestidos. O quan terribles dolores podieron ser los que çufrio el verdadero redemptor de humana natura, al desnudar de·la purpura: la qual con·la sangre que hauia corrido de·los açotes, estaua elada y pegada, con·lo interior de·la carne viua y mas sensible de·la delicada persona suya. ni podria concebir pensamiento humano»