«juntamente comigo, con·ella puesta en·los hombros hasta render el alma en tus manos, te confiesse siempre y te siga: pues con·el padre etcetera.§ Empues que el misericordioso Jesu fue condemnado por tan pestifera y criminosa sentencia: los caualleros y ministros del presidente, desnudaron le la vestidura purpura: y vistieron le sus propios vestidos. O quan terribles dolores podieron ser los que çufrio el verdadero redemptor de humana natura,»