«y no presuma el hombre de juzgar a Dios, ni el pecador al sancto, porque aquel que ha de ser juzgado por ti, en aquel juyzio espantoso y final, assentando se por marauilloso juez y eterno de·los biuos y de·los muertos, requiriendo lo tu malicia con semejante sentencia, no te libre en manos de Lucifer y de sus ministros, diziendo les: accipite eum vos et crucifigite.§ Con todo en·este passo es muy»