«su gloriosa doctrina. O quantos daños trahe consigo el temor de·la señoria? O quantos mataron sus deudos cercanos, sus hermanos, sus padres: y destruyeron infinitas republicas, por ser señores y por reynar. O quantos juramentos rompidos? o quantos sacrilegios se cometieron por aqueste recelo? Dexo lo, por no embargar con luenga razon nuestra materia sanctissima, y para lo que tan desenfrenado y furioso desseo nos puede mostrar, complidamente puede satisfazer,»