«librar le, desde aquesta hora adelante buscaua maneras para fazer lo. Por·ende, o hermanos carissimos: libre nos el glorioso Jhesu de·los detractores y que los infamadores no aguzen contra nosotros sus lenguas: ca assi como se mata el cuerpo con·el cuchillo: assi se mata con·la mala lengua la fama. Onde dize Augustino, no solo son de mirar las manos sin armas mas la lengua que armada se»