«momento me leuante y anduue yo mesmo. Estaua tan bien ende aquel que nasciera ciego diziendo: no se deue çufrir que muera tal hombre: el qual siendo yo nascido ciego, sintiendo·le passar por la calle, le llame Jhesu hijo de Dauid, haue merced de mi: y en tocando me con sus manos los ojos: luego cobre perfectamente la vista. Esso·mesmo dezia el leproso, y la muger que hauia doze»