«Spiritu sancto biues y reynas para siempre jamas, y sin fin.§ Despues que los pontifices y los antigos del pueblo con·los ministros, vieron el glorioso Jhesu tan açotado y menospreciado: no consintiendo·les el estimulo de sus damnadas consciencias de perdonar al que tan sin culpa hauian dañado: ni aprouechando con·ellos la escusacion de Pilato: siendo ya quasi hora de tercia con muy scelerados gritos y bozes dixieron a»