«y reconosce que aqueste es el que con tanto amor, y con tan gran menosprecio se esfuerça de te llamar, de te conuertir, para quitar el dolor de tu coraçon: y sanar te de·la pestilencia de tu soberbia: por lo qual le plugo de mostrar·se por espejo de tan crescida humildad. Por·ende maldicion, y doblada maldicion sea ad·aquellos que menosprecian el exemplar de tan excessiua humildad, y»