«ojos de tu pensamiento en aqueste que sale con ymagen y gesto real: y en son de sieruo desestimado: y reconosce que aqueste es el que con tanto amor, y con tan gran menosprecio se esfuerça de te llamar, de te conuertir, para quitar el dolor de tu coraçon: y sanar te de·la pestilencia de tu soberbia: por lo qual le plugo de mostrar·se por espejo de tan crescida»