«soberbia de coraçon humano, que los oprobios recelas: y las honrras nunca aborresçes, mas de continuo los sigues: pon los ojos de tu pensamiento en aqueste que sale con ymagen y gesto real: y en son de sieruo desestimado: y reconosce que aqueste es el que con tanto amor, y con tan gran menosprecio se esfuerça de te llamar, de te conuertir, para quitar el dolor de tu coraçon: y sanar»