«la qual mucho confian los hombres: de·la qual vsan no en alabança de Dios, mas a su gloria propia, es como vna canya vazia infructuosa, y llena tan·solamente de viento. E como escriue Ylario, plugo al eterno Jesu leuar en su mano la canya, por que conosciendo nos por vanos y flacos: con su mano y esfuerço nos sostuuiesse: y sanando nuestros defectos, nos inchiesse de sus bienes eternos:»