«demoniacos? Por·que señor çufriste ser açotado: tu que todas nuestras congoxas y affanes passas y çufres? Di nos señor quien fue aquel tan osado, que tuuo audacia diabolica para te desnudar? Quien fue tan temerario que te oso atar con la columna? Quien fue aquel tan sacrilego que oso prender los açotes, para herir tu persona tan venerable y reuerendissima? Quien fue aquel ministro de Sathanas, que puso las manos»