«de su passion sacratissima, y para manjar espiritual del alma de qualquier que assi lo crea y adore. E assi como la cruz ante la passion de nuestro maestro Jesu, era estimada por vituperio: y empues ha sido señal tan venerable y de precio tan estimado, que ahun los reyes en lo mas noble de sus rostros se arman con·ella: assi la vestidura blanca que antes solia ser vergonçosa y»