«por·que los pontifices y los sacerdotes trahen en·la mano yzquierda el manipulo. Pusieron·le mas por mitra pontifical en·la cabeça, la cruel corona de espina. Tuuo mas los guantes y los çapatos pontificales vermejos: quando con rigoroso tormento y mortal, le enclauaron en·la cruz, pies y manos todos llenos de sangre, sobre todo precio preciosa. Ahe aqui quan marauillosamente fue atauiado nuestro rey y pontifice: sacerdote eterno»