«muy mas rafez su libertad que delante de Pilato. presuponiendo que si Herodes le pronunciaua por libre, no les quedaua recurso para condemnar·le mas en Jeresulem, por lo qual considerada la constancia de·la malignidad de aquesta peruersa gente y maldita: o ellos en tal caso incitados de rauia le apedrearan, como otras vezes hauian tentado: o con sus manos propias le dieran la muerte: o apellando con nueuas vexaciones»