«amador de verdad. e por tanto el glorioso señor, ni quiso delante d·el fazer milagro ninguno, ni mucho menos fablar: por enseñar nos que a·las operaciones sanctas y virtuosas, no nos deue mouer vanagloria y jactancia, mas solo el seruicio de Dios y el prouecho del proximo. e porque los sacramentos diuinos no se deuen manifestar a·los infieles y a·los que son soberbios: ca no son los»