«congoxa que le penaua. y con·este desseo le interrogaua de muchas cosas: mas como curioso temptador, que como estudioso amador de verdad. e por tanto el glorioso señor, ni quiso delante d·el fazer milagro ninguno, ni mucho menos fablar: por enseñar nos que a·las operaciones sanctas y virtuosas, no nos deue mouer vanagloria y jactancia, mas solo el seruicio de Dios y el prouecho del proximo. e porque»