«le. No oyes quantos testigos trahen contra ti aquesta gente? a·lo qual ninguna palabra respondio nuestro redemptor y maestro en presencia de·los judios: por forma que el presidente estuuo muy admirado. Entonces entro Pilato otra vez en·la sala: y llamo a Jesu de secreto: teniendo las primeras dos acusaciones por manifiestamente falsissimas: ca el publicamente dezia que lo de Dios diessen a Dios: y lo de cesar a»