«mundo, el qual el compro, y redimio por el precio precioso de su sangre gloriosa, y bendita. porque muriendo por su seruicio, seamos como verdaderos peregrinos, sepellidos en su campo, conuiene saber en·la propia heredad de su tierra, en·la qual nos merco, eterna y perpetua folgança, quando por nuestro reparo derramo tan voluntariamente su sangre preciosa.§ Capitulo .xxxxij. del segundo articulo de·la sagrada passion: que se reza»