«y injustos, todos los vsurarios, homicidas, y violentos arrapadores de·los bienes ajenos: especulassen atentissimamente aqueste tu tan incomprehensible y manifiesto juyzio, para que conosciessen en quan confusa muerte y llena de damnacion acaban sus malauenturados dias y tristes: hauiendo mucho mas confiado en·la majestad del dinero, que de aquel que puede dar para siempre la vida. Los principes de·los sacerdotes entonces, empues de hauer tomado los treynta dineros»