«desesperando de·la diuina misericordia: apartando·se de·la comunicacion de·la gente, ahorco se con vn cabestro. y quiso mas perder (como scriue Ludolfo) a si mesmo que los dineros. ca restituyendo aquellos al templo: entrego el alma y el cuerpo al diablo. y en·esto (segun Jeronimo y los otros doctores) peco mas el desuenturado, que en hauer vendido nuestro redemptor y maestro Jesu. ca en·la vendicion peco»