«papa Leon: muy scelerado, y mucho mas malauenturado fueste, o Judas de quantos nascieron: pues no pudo reconciliar te la penitencia con tu señor: y tuuo poderio la desesperacion de leuar te al cabestro. houiesses siquiera esperado la consumacion de tu graue delicto, y dexaras de poner en tu garganta el lazo sin esperança: hasta que la sangre de Cristo fuera derramada por la salud de·los pecadores. La tercera razon,»