«que mi alma se despida del cuerpo, me halle tan innocente, que no recele como los scelerados judios, el espantoso juyzio de tu aduenimiento final: pues con·el padre etcetera.§ Llegando ya el dia (como reza el glorioso sant Lucas) ayuntaron se otra vez los principes de·los sacerdotes: conuiene saber los pontifices, que por reuerencia de edad y dignidad precedian: y los escriuanos que por reuerencia de·la doctrina legal»