«mesmo Jeremias en sus trenos. Ofreçera de buena gana sus quixadas a quien herir le querra: y hartar·le han de denuestos. y no menos lo escriuio marauillosamente la sibilla cuyas palabras fueron: con sus manos sceleratissimas daran bofetadas a Dios. O glorioso Jesu hijo de Dios biuo: o señora bendita madre suya y de·los pecadores: y quien podra callar con buena consciencia en aqueste passo, los desordenes y desuergonçamientos que»