«pecado mortal: quasi es visto escupir en·el rostro de aquel que tiene poder de alimpiar nos de pecados y culpas. E por·ende plugo al piadoso Jesu ser escopido en su rostro, porque estuuiessen limpios y muy luzidos los nuestros. Segundamente escupen y manzillan el rostro del redemptor, los que con intrinseca neçedad del pensamiento ciego, concibiendo palabras dignas y llenas de reprehension: menosprecian la presencia de·la habundantissima gracia,»