«aquel escupe y ensuzia el rostro del redemptor, que manzilla su limpia consciencia con viles obras, y torpes cogitaciones: ca Dios tiene por silla suya la sancta y esclarescida consciencia: en·la qual resplandesce su faz, a·saber es su ymagen bendita. de donde se sigue que qualquier que ensuzia su consciencia con manzilla de pecado mortal: quasi es visto escupir en·el rostro de aquel que tiene poder de alimpiar»