«o alma deuota, no se consienta en nuestras consciencias lugar ninguno para pecado mortal: porque la sentencia grauissima, que sin culpa oyo nuestro redemptor y maestro: no la oyan nuestros oydos culpados al tiempo del despedir el alma del cuerpo, ni pueda dezir el de nos, lo que d·el dixeron los malditos sacrilegos: reus est mortis.§ Capitulo .xxxv. del .xv. articulo de·la sagrada passion, que se reza en·la hora de»