«que quede en·la escuridad de·la negacion del peccado, aquel a quien cato y visito la lumbre del mundo. començamos despues de llorar, quando de dentro se abiua y se enciende en nosotros la centeja, o llama del conoscimiento de nuestra consciencia: y dende salimos a llorar amargosamente dehuera: quando dexado el envegescido costumbre de mal obrar, nos retrahemos a·las obras de caridad y diuinas.§ Capitulo .xxxj. del onzeno»